"Nació en 1998. Cuánto hijo de mil putas tiene que hacerse cargo de
hambrear gurises y que no les llegue el Estado nunca. Falta en pila, lo
primero es preguntarse que hacemos por los gurises que nacen hoy. La
otra receta produce esto. Que bronca". (Maestro Pablo Caggiani,
integrante del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) y en esa
calidad, consejero de la Administración Nacional de Educación Pública
(ANEP).
Dejo de lado la endeble ortografía y la pobre
sintaxis impropias de un maestro. Dejo de lado la indigencia de
pensamiento (... lo primero es preguntarse qué hacemos ... como si él y
el Frente Amplio hubieran llegado ayer al Gobierno) y paso a dos
reflexiones que me parecen interesantes.
1) La pregunta
de cajón: ¿Cuándo le parece buena fecha a Caggiani para dejar de llamar
hijos de mil putas a blancos y colorados, y poder empezar a llamar
hijos de mil putas a los gobernantes frenteamplistas ? ¿ El 2005; el
2010; tal vez el 2015 ?
Porque como van las cosas, hoy mismo -
2018 - están naciendo otros Kikis, que se están criando en condiciones
tan miserables o más miserables aún que aquellas en las que se crió en
1998 este trágico Kiki (dando por sentado que efectivamente se crió en
un ambiente carenciado). Como han ido naciendo en todos estos años de
administración frenteamplista, lamentablemente. Mientras tanto Caggiani -
con una perspicacia nada encomiable - 'reflexiona' acerca de que lo
primero que hay que hacer es preguntarse que (así; sin tilde) hacemos
con los gurises que nacen hoy ... Para nada penetrante, verdad ?
Yo,
por mi parte, me comprometo a no tratarlos públicamente de hijos de
puta, hasta que los gurises nacidos en el 2018 empiecen a matar. Pero
... el tiempo pasa para todos, y día llegará. Sobre todo si no se asume
que hace años que la gestión de la cosa pública está en las casi
exclusivas manos del Frente Amplio; entre ellas la educación y la
cuestión de la asistencia social. Y que es su deber y su obligación
diseñar y adoptar políticas que efectivamente reduzcan los niveles
actuales de violencia, y propendan a formar hombres y mujeres de bien.
2)
¿ Tratamos también de hijos de puta a los padres de la muchacha asesinada ?
Se llamó para quienes la conocieron y la quisieron Florencia Cabrera, y
no fue solamente un nombre para la crónica policial. Una muchacha
joven, nacida en la misma década que su asesino, pero que eligió
trabajar para ganarse el sustento y poder criar a su hijo en esta época;
como han venido eligiendo hacer tantos compatriotas decentes a lo largo de
todas las épocas.
A mí también me da bronca, Caggiani.
Pero el objeto de mi bronca es otro. Sospecho que coincido en esto con la mayoría de compatriotas. Que además no coinciden con Ud. Basta de querer sacar
pelotas al córner a como dé lugar, y póngase a trabajar.
Ing. Agr. Diego R. Varela
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