miércoles, 8 de agosto de 2018

FRENTE AMPLIO: EL TRAIDOR TRAICIONABLE

No descubro nada cuando afirmo que una vez llegado al Gobierno, el Frente Amplio traicionó casi todas sus promesas electorales. Lo novedoso es que ahora muchos de sus votantes piensan en devolver la traición. Piensan en alejarse, desilusionados por tanta mentira. Por haber tenido que vivir un tiempo tan largo tragándose sapos, uno cada vez más grande que el otro, mientras aguardaban la llegada de ese futuro mejor, que con tanta convicción desde el Gobierno les mentían.

Y CON HIERROS OCULTOS LAS TRAICIONES 

Creo que es justo sostener que en su primera etapa en el Gobierno, al Frente se le disculpó todo. A una gran mayoría de uruguayos no le importó demasiado la flagrante contradicción entre discurso y acción que significaba brindar con champagne con funcionarios del Fondo Monetario, o seguir para adelante con el tema de la instalación de la ex Botnia a la que tan fieramente habían combatido, la indiferencia depravada con que trataron desde el inicio al 'Uruguay Productivo' al que simularon adherir para poder luego esquilmarlo mejor. Y tantas otras contradicciones que no menciono, para no abrumar al lector con cosas que ya sabe, y que además recuerda.

El uruguayo medio no es de izquierda, no en el sentido clásico. No profesa el materialismo dialéctico - que le suena a sarasa destinada a mentes inmaduras - sino otra clase de materialismo: el de la heladera más o menos bien surtida, y algo más que puro aire del Uruguay Natural en la billetera. Puede disculpar los desvíos éticos - simularlos más bien -, si un Gobierno creíble le asegura que son cosas aisladas. También puede simularlos si a la par de eso ocurre un crecimiento económico vigoroso, una fuerte inversión en infraestructuras, y un derrame más o menos generalizado hacia toda la población que trabaja, se esfuerza, y paga impuestos y otros tributos y tarifas que cobra el Estado.

Si para el ciudadano medio uruguayo funciona el metro cuadrado personal en el que se desenvuelve su economía, el "roban pero hacen" puede ser tolerable. Con limitaciones; pero puede funcionar. Sobre todo con un Partido que se estrena en el Gobierno; al que al principio más bien le cabe  otro dictamen: "se equivocan, pero ya van a mejorar con la experiencia". Un Partido que en el caso de Uruguay se aburrió de descalificar a sus oponentes, basado justamente en cuestiones éticas. "No somos como ellos", repitieron durante años. Pero superadas las fases y llegados al "no hacen pero además roban", se asiste al final de cualquier grupo político. Y es lo que sostengo que le pasa al Frente. Como Heisenberg - el personaje maligno de "Breaking Bad" - está muerto, "nomás no le han avisado". Al igual que Heisemberg, le faltó el respeto a un cartel poderoso: el que componen los ciudadanos del Uruguay. Y tampoco el Frente escapará a la furia de ese cartel.

Sostengo que el Frente está perdiendo adhesiones en masa, y eso se debe al hartazgo en que están sumidos buena parte de sus votantes y militantes. La tarea de desgaste no la hizo la oposición; no la hizo el dichoso Plan Atlanta, ni el Club Bilderberg, ni la Comisión Trilateral, ni la Sociedad Mont Pelerin, ni los neoliberales, ni los fachos, ni el tridente al que suelen aludir los dirigentes frentistas cuando la realidad los acorrala: Oligarquía - Imperio - Transnacionales. El desgaste se lo hizo el Frente a sí mismo. Mostró una indiferencia absoluta por valores que son muy apreciados por la inmensa mayoría de los uruguayos: el trabajo que dignifica y permite llevar adelante una familia; la educación que es básica para el ascenso y la movilidad social; la seguridad que permite vivir la vida con cierto sosiego.


LOS QUE SONRÍEN CON EL CUCHILLO BAJO LA CAPA 

En este fin de ciclo frenteamplista al que asistimos, empiezan a notarse los costos del festejo al que convocó a los uruguayos todos luego de su triunfo, el Presidente Vázquez cacique inmutable, allá por fines del 2004. Festejo que - nos enteramos con el correr de los años - alcanzó el desenfreno para la caterva de adictos y profesionales de la política, pero que pasó sin pena ni gloria para el ciudadano de a pie, que anda y arde en la calle: "Un trapo pa mi esposa, algún chiche pal' gurí ... otro sueldo chico y otro sueño que se fue" reza la canción de Dino. Lejos de los negocios de Ancap, Gas Sayago, Alur, Asse, Antel, el Pato Celeste, el Fondes, - corporación para uso y abuso exclusivo de otra corporación más bien 'orga', llamada MPP - y tantos más, el uruguayo - consciente del robo - está como el personaje de esa canción. Y exhibe ese humor. No hay plata para salud, educación y vivienda. No hay plata para puentes, carreteras y arreglos de escuelas y liceos. No hay plata para sostener el esfuerzo productivo de los uruguayos que no resisten el costo del Estado. No puede haberla, después que se despilfarró tanto y se repartió tan mal. No puede haberla luego de que - de festejo en festejo - se pusieran al país de sombrero. Y eso genera el malhumor social que se traduce en el abandono, y en la traición a la que aludo.

Asistimos entonces hoy a otra peripecia; la de los votantes traicionados que - sin hacer muchas olas - ya vislumbran que van a devolver la traición. Tal vez hasta le sonrían a los poderosos, pero es seguro que ya no se ilusionan; es bien seguro que ya aprendieron a simular. Es perfectamente posible entrever un futuro en el que esa traición tome cuerpo y se concrete.

Un frecuente interlocutor muy vinculado a la interna frentista local me decía días atrás precisamente eso: "los voté siempre pero no más Varela, no más. No me interesan los mendrugos que me prometan, se los pueden meter donde les quepa. Si hubiera sido una época de vacas flacas, todavía; pero en estos años entró plata a raudales. ¿¡ Y nos dejan esto !? ..." decía, y miraba - medio asombrado, medio indignado -  a un muchacho joven que revolvía a media mañana el contenedor de la basura; indiferente, sucio y completamente desvalido. "No me interesa avisarles ni pelearme con ellos; tampoco sé muy bien si les importa, pero conmigo que no cuenten más" sentenció con rabia.

Creo que es así: muchos han entendido que el traidor es traicionable, y además que se lo merece. El Frente tiene el boleto picado. 

Ing. Agr. Diego R. Varela

Las Piedras, 8 de agosto de 2018

Varela Sin Reparo

diegovarelazitta.blogspot.com

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