LA
NECESIDAD DEL PARTIDO DE LA CONCERTACIÓN. Parte II
Nota: este es el segundo de una serie de tres artículos que escribí
para la revista ESPACIO * de Las Piedras entre los meses de agosto y
octubre de 2016. Los incorporo ahora al blog, por considerar que
mantienen cierta actualidad.
En el final del texto anterior anuncié a los lectores de Espacio que encararía una segunda parte en la cual abordaría los beneficios para el país que la Concertación supone desde mi punto de vista, así como los obstáculos que la idea afronta, y que ‘no son menores’.
Los
beneficios con los que hay que contar son, en primer lugar una
política internacional consistente, creíble y concebida sobre la
base de que Uruguay no tiene amistades permanentes sino intereses
permanentes. De ahí a separarnos en buenos términos pero
definitivamente, de diversos experimentos más o menos demagógicos y
discursivos, pero que no tienen otro sustento que la afinidad
ideológica entre gobiernos, ni generan beneficios reales para el
país, hay un paso corto. De ahí a generar acuerdos de mutuo
beneficio con el mundo que cuenta, hay un paso no tan corto, pero que
también se va a dar. En segundo lugar la idea – que ya estaba
presente en el texto anterior – de que las políticas de corte
interno referidas a educación, salud, seguridad, vivienda, previsión
social, asistencia social y economía – con sus correlatos de
política tributaria, fiscal, monetaria, laboral, empresas del Estado
y sus subsidiarias, etc. – tendrán un sustento político firme,
no sujeto a los vaivenes propios de las meras coaliciones de
gobierno.
Reitero
que para que ello suceda, el Partido de la Concertación es el Lema,
y abajo de ese Lema vienen los Sub Lemas conformados por los actuales
Partidos Colorado, Nacional, y los que quieran sumarse. Y que el Lema
Partido de la Concertación no es un Lema accidental concebido para
comparecer en una elección, sino que se hace con el propósito de
permanecer en el tiempo. Como se desprende de lo anterior, tiene que
tener sus autoridades, Estatutos, Convención Nacional, Convenciones
Departamentales ... Mucho de lo cual ya tiene, en virtud de que
intervino en las pasadas elecciones internas, y en las posteriores
elecciones municipales de Montevideo.
Ahora
a los obstáculos. Hay una primera objeción que es la siguiente: no
hay necesidad de armar la Concertación porque siempre existe el
balotaje o segunda vuelta electoral. Aquellos que no llegaron pero
que piensan más o menos parecido, apoyan al candidato que permanece
en contienda, luego de acordar grandes líneas o pautas de Gobierno.
Esta postura adolece de un defecto, en mi criterio. Ignora el efecto
de sinergia. La Concertación no es una mera suma. No es blancos más
colorados más … En biología se llama sinergia al efecto positivo
extra que se observa en una asociación de individuos, por ejemplo la
asociación entre una planta y un grupo de bacterias, y que no se
explica por la acción individual de ninguno de ellos. Es como si
dijéramos que 1 + 1 + 1 da por resultado 4, en lugar de 3. En
Ciencias Sociales – lejos estoy de ser un experto – debe ocurrir
otro tanto. El efecto de la unión es mayor que la suma de las
partes. Y tengo una demostración al alcance de la mano que es el
propio Frente Amplio. Mientras la izquierda en este país votó
separada, no superó el 10 por ciento de los votos, elección tras
elección tras elección. Cuando sus diversas expresiones aceptaron
que debían juntarse en un Lema que los amparase a todos, no dejaron
de crecer. Alcanzaron el Gobierno y no dan señales de mayor
agotamiento. Cuando un grupo se desgasta, otro está listo para tomar
la posta. Demás está decir que a ningún dirigente del Frente
Amplio se le ocurre hoy sostener que, ya que en el Uruguay existe el
balotaje, lo mejor es volver a la práctica de que cada Partido y
grupo de los que conforman el Frente vote por separado, y después
juntarse para la segunda vuelta. Si alguien postula eso hoy, lo
tratan de traidor o de loco. O, con un poco más de amabilidad y
equidistancia, de ignorar el efecto de sinergia.
Pues
bien, en mi concepto, si los Partidos de la Oposición se unen, 1 + 1
+ 1 resulta 4. Y si no se unen será 3, indefectiblemente. Y tal vez
no alcance para pelear con chance real un eventual balotaje, ni mucho
menos gobernar.
Advertirá
el lector que hablo de la Oposición y no de las oposiciones. Y he
aquí el segundo obstáculo. Con todo derecho por supuesto, hay
quienes sostienen que en el Uruguay la oposición es plural, que hay
más de una oposición, y que cada oposición ocupa un espacio que es
necesario distinguir y agrandar. Yo creo lo contrario: sostengo que
hay una sola. Que en lo esencial hay una sola, mejor dicho. Es la
conformada por un espectro político amplio, que cree en los valores
republicanos, en la separación de Poderes, en la acción sana y
honesta por sobre el discurso político efectista y ramplón. Que
cree en la representación legítima de una ciudadanía correctamente
educada y capacitada para afrontar la vida y sus desafíos, y no en
la distribución más o menos arbitraria de limosna estatal a
personas y a colectivos que el propio Estado descuida en su educación
y capacitación, y a los que por consiguiente no les genera
verdaderas oportunidades de ascenso social, y de progreso. Que cree
que la Ley está por sobre la política. Que cree que no hay derecho
a ejercer la duplicidad, sosteniendo cosas distintas y hasta opuestas
según esté conformado el auditorio. Que cree en el ejercicio del
Poder como algo que causa angustia y no placer, porque es tener que
tomar medidas, y en la toma de medidas siempre algún compatriota o
grupo de compatriotas saldrá lastimado.
Así
que, por todo eso, yo creo que hay una sola oposición. Por que creo
que del otro lado han ido quedando, y se han ido arrimando y
estableciendo además, los oportunistas, los corruptos, los que creen
que a la política se llega para medrar y lucrar; y no para
contribuir con el mayor bien social. Y a esos indeseables solamente
se los combate con la rotación de los Partidos en el Poder, de modo
tal que entiendan que no hay garantías desde el Poder, porque el
Poder rota.
Y no
habrá rotación si no hay Concertación.
Si
el Director de esta publicación lo consiente, habrá un tercer
artículo sobre el tema que tratará de la dirigencia partidaria, su
renuencia a jugarse por la Concertación, y los motivos que creo
entrever en esa actitud. También trataré de una posición que me
parece muy interesante – y hasta promisoria, diría – que es la
de aquellos que comprueban que no habrá Concertación, pero que no
se resignan a que los Partidos de la oposición permanezcan en una
actitud de indiferencia, los unos respecto de los otros.
Con
mis atentos saludos:
Ing.
Agr. Diego R. Varela
Las Piedras, 6 de abril de 2018
Varela Sin Reparo
diegovarelazitta.blogspot.com
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