jueves, 22 de marzo de 2018

LA NECESARIA CONCERTACIÓN

LA NECESIDAD DEL PARTIDO DE LA CONCERTACIÓN Parte I

Nota: este es el primero de una serie de tres artículos que escribí para la revista ESPACIO * de Las Piedras entre los meses de agosto y octubre de 2016. Los incorporo ahora al blog, por considerar que mantienen cierta actualidad.


Hace unos cuantos meses que vengo pensando en escribir algún artículo para Espacio, en el que discuto la debilidad de la oposición y la fortaleza que creo entrever en el Gobierno. Entre los artículos que no escribí ni escribiré figuran títulos tales como “Ponemos a una heladera de candidata y ganamos igual” que daría cuenta de los muchos desmanes que a nivel municipal han tolerado y siguen tolerando – y en alguna medida aprobando – los vecinos de Canelones y Montevideo; “Chocando la calesita”, que describiría otra imposibilidad: la de fundir Ancap y las nulas consecuencias políticas que traería ese imposible. Un tercer artículo hablaría de la próxima aventura electoral del ex Licenciado en Genética Humana (lo de ex me parece un brillante hallazgo del Director de esta publicación), a quien auguro un porvenir político todavía más venturoso, basado en su prestigioso apellido, su nula capacidad de gestión, y su indiferencia ante cualquier desvío ético.

Todos estos artículos existen de algún modo en mi mente, pero no tendrán expresión concreta. La razón terminó por ser clara: todos ellos y otros que podría intentar, en el fondo aluden a la carencia de alternativas políticas que percibe la ciudadanía. El ciudadano uruguayo común – independiente e indiferente a la actividad política, como cualquier ciudadano de cualquier país más o menos normal del mundo – se está acostumbrando a reciclar su voto dentro del conglomerado del Frente Amplio. Así, en una elección vota al Pepe, en otra al Pelado, en otra a Ana, en otra a Danilo … Antes, en la etapa de la construcción, a Líber, a Mariano o a Tabaré. Siempre al Frente. Se convierten inadvertidamente primero en frentistas, y después sectoriales. Pero ese es otro tema.

De nada valen argumentos racionales, de nada valen análisis profundos acerca de la gestión del Gobierno, como de nada valieron los análisis de las diversas propuestas que el Frente Amplio hacía cuando estaba en la oposición, y que convenientemente olvidó cuando finalmente el éxito le sonrió.

El hecho que vale es el siguiente: la suma de ciudadanos frentistas convencidos más la suma de ciudadanos sin partido que no ven alternativas a lo que hay, supera claramente a la suma de ciudadanos colorados, blancos, independientes y cívicos convencidos, más la suma de ciudadanos sin partido que ven una alternativa al Frente y la acompañan.

Como advierte el lector, se trata de una ecuación matemática que se puede resumir de esta manera:

FA + SP I > OP + SP II y que se expresa así: la suma de frentistas convencidos más ciudadanos sin Partido uno, es mayor que la suma de partidarios de otros partidos convencidos más ciudadanos sin Partido dos.

Esa ecuación hay que darla vuelta, y para eso es necesaria una condición: que la ciudadanía independiente e indiferente – lo que denomino ciudadanos sin Partido – preste atención al hecho de que hay del otro lado una alternativa viable; no varias poco o nada viables. Con esto quiero decir que del otro lado tiene que haber un Partido (Lema en Uruguay) capaz de impulsar a alguien a la Presidencia de la República, que tenga garantizada una mayoría clara en el Parlamento, y que pueda proponer acciones y ejercer el Gobierno, sin demasiadas trabas a su actuación. Eso es la Concertación de los Partidos de la oposición. Es antes de la elección, y se hace bajo el Lema del Partido de la Concertación. Con Sub Lema Partido Colorado, Sub Lema Partido Nacional, Sub Lema Partido Independiente, Sub Lema Partido Unión Cívica … y los grupos que quieran sumarse.

Me consta que la resistencia a esta idea es amplia entre los dirigentes. Curiosamente, entre la población general parece una idea ampliamente aceptada. No hay por qué esperar a que se produzca una catástrofe como la que ocurre en Venezuela (a propósito, ¿alguien notó si los bárbaros del P. C. uruguayo borraron de sus muros las consignas de aliento a Maduro: algunas durísimas, otras de triste lectura, todas profundamente equivocadas?), un hartazgo como el que ocurrió en Argentina con una manga delirante de ladrones, afiliados a un relato falsísimo, o una actuación casi heroica de parte del Poder Judicial en Brasil. Hay que hacer como los chilenos: de un lado el centro izquierda y del otro el centro derecha. Y punto.

No es ni necesario aclarar que lo del centro izquierda y centro derecha son hoy día comodidades del lenguaje: en la administración pública lo que cuenta es la honestidad y la capacidad de gestión. Son pocos los que sostienen que hay que estatizar todo y hacer del Estado un Gran Hermano controlador de todos los aspectos de la actividad del ser humano. Son pocos los que proponen aislar al Uruguay y sustituir importaciones, son pocos los que proponen intervencionismo estatal, y controles del tipo de cambio y de precios. Y sus argumentos son de una pobreza fenomenal. Para algo sirven las lecciones del pasado, así como algunas experiencias calamitosas recientes en el Continente. Asimismo son todavía menos los que proponen la ausencia del Estado en todas las áreas, y un indiscriminado dejar actuar a las fuerzas del mercado. En pocas palabras; cada vez más es una cuestión de metas y de agenda (esto sí, esto no, esto primero, aquello después), sujeta al siempre difícil y desafiante escenario internacional, que es lo que verdaderamente cuenta para el Uruguay.

En un próximo artículo, si el Director de la publicación lo permite y la paciencia de los lectores no se agota, abordaré los beneficios para el país que la Concertación supone desde mi punto de vista, así como los obstáculos que la idea afronta.

Con mis atentos saludos:

Diego R. Varela.

* ESPACIO fue una revista de edición mensual y circulación básicamente local, que se publicó entre 1994 y 2017. Su fundador, director y editor responsable fue el Escribano Óscar Enrique Almada López, "Golo" para sus allegados. Se editaron 257 números bajo su dirección, y un número luego de su fallecimiento ocurrido el 21 de mayo de 2017; dedicado por sus familiares a homenajear su figura. Con esta revista colaboraron muchos caracterizados vecinos de Las Piedras, entre los que recuerdo a Julio C. Trías Garlán, Juan Antonio "Cacho" Gaydón, Lorenzo Gómez, Arqto. Carlos A. Trobo, el sacerdote salesiano Walter Lissaut, María Alejandra Almada, el "Capitán" Menéndez, Luis Segredo, y en alguna ocasión mi padre, Raúl César Varela.

ESPACIO fue una demostración palpable y concreta de que no es necesaria la promoción estatal para estimular la actividad del intelecto en las más diversas áreas.

Las Piedras, 22 de marzo de 2018

Varela Sin Reparo

diegovarelazitta.blogspot.com

miércoles, 7 de marzo de 2018

LAS ALARMAS DE LA SEUDOIZQUIERDA

LAS ALARMAS DE LA *SEUDOIZQUIERDA

Observa Borges que la palabra problema puede ser una insidiosa petición de principio. Esto es: puede llegar a ser la falacia que consiste en demostrar algo introduciendo ese algo en la misma demostración. Así; para seguir un poco más con Borges: "Hablar del problema judío es postular que los judíos son un problema; es vaticinar (y recomendar) las persecuciones, la expoliación, los balazos, el degüello, el estupro y la lectura de la prosa del doctor Rosenberg..."
Como conclusión; yo diría que ninguna afirmación constituye prueba alguna de nada, por mucho énfasis que se ponga al hacerla.

Lo anterior viene a cuento en virtud de las recientes críticas de los sectores supuestamente más duros del Frente Amplio a la decisión del Gobierno de acompañar la Resolución de la OEA que solicitó la postergación de las elecciones en Venezuela. Han sacado a relucir con mucho énfasis el acostumbrado repertorio de antiimperialismo y de no injerencia en los asuntos internos de otros países, dando por sentado - faltaba más - que ellos efectivamente son antiimperialistas y que no se atreven jamás a meterse en los asuntos internos de otros, y tampoco permiten que esos otros se metan en los asuntos internos del Uruguay.

Pues bien: ¿ Y qué tal si eso no es así ? ¿ Y qué tal si eso no es más que una insidiosa petición de principio ?

Hablan de no injerencia; pero hace menos de un mes estuvieron en Brasil respaldando al compañero Lula. Hace menos de 6 meses recibieron alborozados a la compañera Dilma. En su momento, complacidos recibieron y publicitaron el apoyo electoral concreto y expreso del compañero Néstor y del compañero Hugo. En su momento criticaron acervamente la decisión del Parlamento paraguayo de destituir al Presidente Lugo - por lo demás, pobre, padre de tantos hijos - y acompañaron con descaro, alevosía y hasta entusiasmo, la iniciativa venezolana y argentina de separar al Paraguay del Mercosur, infiriéndole con ello una ofensa enorme a un país cuyo mayor pecado es habernos perdonado la inicua guerra de exterminio que en otro (¿otro?) tiempo llevamos en su contra, en compañía de Argentina y Brasil. Podría seguir, pero creo que el punto ha quedado demostrado sobradamente: postulan la no injerencia cuando les conviene, pero cuando les conviene, son entusiastamente injerencistas. Peor aún: cuando consideran que esa injerencia corre a su favor en términos electorales, no tienen inconveniente alguno en permitirla y fomentarla en nuestro propio país, con total descaro. Si total ser de izquierda da fueros para hacer lo que venga en gana. Recuerdo a estos efectos la afirmación del ex Licenciado Sendic: "Yo creo que no hay corrupción de izquierda; si es corrupto no es de izquierda ...". Otra petición de principio, otra afirmación que no requiere ninguna demostración. Hacéte de izquierda - traduzco, danos tu voto - que automáticamente sacás carné de impoluto progresista, y hasta quizá te toque un pedacito del pastel del que queremos apropiarnos, siempre y cuando sobre.

Hablan de antiimperialismo. Demos por sentado que el apoyo que recibieron de Chávez y de Maduro fue - mientras duró - un apoyo económico desinteresado, y que no le supuso al Frente Amplio ningún compromiso en términos de política exterior, algo ciertamente difícil de creer. Pensemos en la política exterior tal cual la percibimos hoy ¿ Dónde queda el mentado antiimperialismo ?
Una forma de saber si ese antiimperialismo es verdadero o un simple recurso retórico, es comprobar qué relaciones se mantienen con el Imperio y las herramientas e instrumentos de los que se vale para - según la seudoizquierda - sojuzgar a los pueblos. Estos instrumentos son de índole financiera y comercial. ¿ Qué moneda atesora el Banco Central del Uruguay ? ¿ Oro metálico, remimbis, rublos ... bolívares fuertes, tal vez ? No; atesora dólares y vive mirando el nivel de reservas con particular atención ¿ Con qué instituciones financieras adquiere compromisos: con el Banco del Sur, o con la Banca Morgan ? ¿ Dónde coloca títulos de deuda: en la bolsa de Nueva York, o en la de Caracas ? ¿ Cómo maneja esa deuda el Gobierno: la paga y devuelve dólares inflacionarios al Imperio, o el país cada vez se endeuda más ? ¿ Cómo maneja recursos estratégicos limitados como la tierra: impide su extranjerización o la fomenta ? ¿ Limita la llegada de inversores, o les abre las puertas y les hace rebajas impositivas con las que ningún empresario nacional puede soñar ? ¿ En qué invierte esos dólares que incrementan la deuda nacional ? ¿ En infraestructuras tales como carreteras, puentes, liceos, escuelas, hospitales públicos ... y tantas cosas más que llenarían varios renglones ? ¿ O en aumentar cada vez más - al estilo de la *seudoderecha más rancia y reaccionaria - el aparato clientelístico estatal, en contrataciones innecesarias, en el pago de comisiones dudosas, en negociados y despilfarros varios, en compras inútiles, ... y en tantas otras cosas que llenarían aún más renglones que lo anterior, y que incrementan nuestra dependencia ? ¿ En estatizar la Banca como prometieron tantas veces - aclaro que yo no creo en eso; pero ellos fingen que sí - o en bancarizarnos a todos ? Pero esté atento a cuando la prima de riego país suba unos pocos puntos, y entonces ya los escuchará tronar en contra de las agencias de calificación que son ¡ claro que sí  ! instrumentos al servicio del Imperio ...

Creo que una vez formulada, la pregunta tiene una sola contestación. A decir verdad; no son antimperialistas y nunca lo fueron. Son alumnos muy aventajados de ese gran vendedor de humo que fue Hugo Chávez, quien mientras practicaba un discurso fuertemente anti yanqui y trataba de satanás al presidente G. W. Bush Jr. en la misma Asamblea General de ONU; vendía a los USA cuanto petróleo e instalaba en territorio yanqui cuanta estación de CITGO podía. La seudoizquierda nacional hace exactamente lo mismo.

Sólo que Chávez llegó primero, y por lo tanto en todo el mundo se conocen de sobra los resultados de la política socialista pura y dura que implementó con fuerte apoyo popular, vale reconocerlo: corrupción, miseria, hambre, exilio, muerte, represión, autoritarismo y dictadura. Y una degradación del aparato estatal como medio de promoción social y de superación individual debida al mérito, que llevará años superar.

Aquí, ese discursito falso, barato y mentiroso no les debería funcionar tan bien como funcionó en la Venezuela bolivariana. Hay que estar atentos y no comprar auténticas peticiones de principio, como si se tratara de verdades reveladas.

* Nota: Derecha e izquierda son a mi juicio categorías políticas obsoletas; de ahí que en ambos vocablos anteponga el prefijo seudo - parecido engañoso, falso, de imitación - para distinguirlas. Hoy la clave no es de índole socio económica ni tan siquiera doctrinaria; los partidos de ideas deben profundizar no sólo en las agendas de cambios concretas necesarias para alcanzar el mayor bien social (lo que podríamos llamar lo trascendente, en tanto las agendas serán diferentes de acuerdo a las ideas que se sostengan); sino que también deben hacer un análisis muy profundo (y esto sería lo inmanente, en tanto que sería inherente a todos) acerca de límites éticos que no se pueden franquear, y acerca de la incidencia que la corrupción y el doble discurso (el famoso "como te digo una cosa te digo la otra") tienen:
- sobre la República, entendida como la separación y el equilibrio de Poderes, y la formación ciudadana;
- sobre la Democracia, entendida como medio de elegir gobernantes.
Hay que entender y llevar al terreno de las ideas, que la corrupción y el doble discurso demuelen la República, y por tanto terminan con las garantías individuales y fomentan el autoritarismo estatal. Hay que terminar con la idea de que ser electo democráticamente es credencial suficiente, y genera espacio para hacer cualquier estropicio. 

Ing. Diego R. Varela
Las Piedras, 7 de marzo de 2017.
Se permite su reproducción total o parcial siempre que se mencione la fuente:
diegovarelazitta.blogspot.com Varela Sin Reparo